30 abril 2015

Esos locos bajitos



Por: Jorge Luis Peña Reyes

Con la conferencia ¿Dónde están los Siboneyes? de Ernesto Carralero Bosch, culminó hace unas horas en Puerto Padre la sexta edición del Encuentro de crítica de Literatura para niños y jóvenes Esos Locos bajitos que trajo desde Santa Clara a la reconocida escritora  y editora Maylén Domínguez Mondeja (al centro).
Sobre los aborígenes en Cuba y su escaso tratamiento en la LIJ cubana se asumió desde la necesidad de ahondar y de construir historias que ayuden a un mejor conocimiento, un reflejo aterrizado en la contemporaneidad que no se limite solo a mencionar términos aruacos, sino que fabule y creen personajes a partir de su rica cosmogonía, deuda que tiene la literatura cubana con este ambiente nativo, fundacional también con la religión cristiana debido a un discurso político intolerante por varias décadas. 
El programa de este encuentro profundizó en las raíces de la identidad y cuestionó hasta dónde la literatura para  este público recibe a plenitud los valores autóctonos que defendemos y cuáles son los énfasis que debemos incluir en estos nuevos  tiempos. En un ambiente de amistad e interés reflexionamos en torno a conceptos de alteridad (otredad), marginalidad y enfoques de género. La tolerancia y aceptación suscitó un análisis sobre cómo acercarnos al tema de la homosexualidad  desde el realismo o desde la sugerencia y el respeto: exigencias de una sociedad que abre el diálogo y comienza a discutir de tú a tú con diferencias políticas sedimentadas por más de medio siglo. Tal vez la condición de insularidad nos ha mantenido desconectados de estos debates y ahora se nos hace urgente asumir la  identidad desde la construcción colectiva de anhelos y necesidades. Por otra parte la marginalidad es preciso verla desde un reclamo al discurso dominante y no solo como una consecuencia de las situaciones económicas reflejadas en la vivienda, el acceso a la información o rasgos discriminatorios que todavía persisten. Las lecturas compartidas dieron muestras de una riqueza estilística y temática en un contexto en que hay que imponerse a partir de un acercamiento todavía tímido de la concepción de mercado que las editoriales comienzan a tener. Esto fue parte del conversatorio sobre discurso editorial y canon que también guió Maylén y que provocó un amplio debate.  En la intensa jornada se analizaron tendencias y  personajes de Luis Cabrera Delgado, Enrique Pérez Díaz, Julio Llanes  y Eldis  Baratute entre otros,  quienes abordan estos temas desde un amplio abanico de formas y posibilidades.
Este encuentro rebasó las expectativas en cuanto a la aproximación a temas que no pueden esperar más por la reflexión atinada,  de acuerdo a los patrones colonizadores que invaden las nuevas realidades.
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24 abril 2015

Asignaturas pendientes de la literatura Cubana


Por: Jorge Luís Peña Reyes el 23 de Abril de 2015.




Con el inicio del Encuentro de crítica de literatura para niños y jóvenes hoy en Puerto Padre, se intensifica en autores del género, un deseo de confrontar criterios y miradas de aquellos temas que sin ser nuevos, exigen mirarlos desde una óptica más reflexiva, con el propósito no de sentar cátedras, sino de despojarnos de viejas maneras para asirnos a posibilidades que son parte de la sociedad cubana y que pueden interesar más allá de las fronteras nacionales.

En la búsqueda de nuestra identidad, tenemos que asumir que muchas son las deudas que los cubanos tenemos con determinados temas que no han sido debidamente apoyados o que por el contrario su abuso en la asunción de ellos  terminó por crear una especie de rechazo que todavía perdura y que son hoy marcas más  o menos visibles que nos permiten comprender  determinadas generaciones y examinar sus modos y tendencias. Ya lo dijo el dominicano más brillante de nuestras guerras emancipadoras Máximo Gómez Báez: el cubano cuando no llega se pasa.

Cuba es de los países latinoamericanos que menos aborda la cuestión de sus esencias aborígenes. No se trata, en mi opinión, del exterminio que algunos libros recalcan cuando dicen que ya en 1517 las poblaciones nativas habían desaparecido, sino de una orfandad del asunto desde lo académico y su pobre inserción en el  aspecto cultural, no así y por contraste lo relacionado a la africanía que nos hizo creer, gracias a la poderosa influencia de Fernando Ortiz, que todos teníamos de Congo o de Carabalí como resumiera con síntesis Nicolás Guillén. Yo nunca tuve contacto con las religiones africanas, con su música ni con sus bailes. Aunque parezca reduccionista no tengo por qué reflejar estas cuestiones en mi literatura, diría, como parte de mis inquietudes esenciales, aunque asumo esa herencia cultural a través de rasgos y contactos, que deben nutrir mi quehacer literario, alejado de esas modas y a la pobre imagen Cuba, de bodeguita del medio, que muestran a la mulata voluptuosa con su trapo amarillo en la cabeza, sus gangárreas y su correspondiente tabaco.

¿Qué puede encontrar el niño cubano sobre Hatuey, el primer mártir cubano? ¿Qué hay de sus behíques, de su religiosidad propia,  de  la riqueza de su lengua, de sus costumbres?

¿Cómo es posible  que las leyendas campesinas de los años cuarenta del siglo pasado, como atestiguan las de Fernando García Grave de Peralta, tuvieran presente toda esta cosmogonía y que medio siglo después pocos libros concatenen estos hechos para una comprensión mayor de nuestra nacionalidad?

Guanimiquinaje de Pedro Péglez, publicado en Ecuador y otros escasos títulos existen en un país y en un territorio que tiene sitios arqueológicos a flor de tierra, como es el caso de Socucho 1 y Socucho 2, cerca del sitio en el que desde el año 1937 se defiende como el lugar por donde llegó Colón.

Conviene estudiar todo ese universo  para que se convierta en una esencia nutricia y tal vez salga con toda su fuerza como pieza literaria o en un libro con toda esa belleza que nos estamos perdiendo. Pongo a disposición un texto de Fernando García Grave de Peralta de su libro inédito Leyendas campesinas, terminado en 1950:

Ocón, la tierra que siempre había existido, estaba rodeada de una absoluta sombra que la cubría completamente. Io la había sacado de la hoguera que conservaba  como recuerdo del principio de todas las cosas.

Y aquella tierra que estaba suave y caliente como la cera desleída por el  sol, cabía en el hueco de su mano, entonces  Io la tomó y trató de redondearla  a su antojo hasta que de su frente brotó un copioso sudor provocado por el trabajo y la  proximidad del fuego. El  agua  cayó  sobre sus ojos y le impedía  ver su obra, por eso con la otra mano escurrió  su frente, y esas son las aguas que hasta hoy salen de quienes trabajan, y que en aquel entonces  inundaron  abundantemente lo creado, subían y bajaban con furor por todas partes hasta  formar  una gran masa, pero en ellas no había vida.

Las aguas amenazaban con destruir lo hecho. Todavía estaban demasiado tiernas aquellas partes de Ocón que Io sacaba de sus manos. Muchas porciones se deshacían hasta desaparecer  en medio de las aguas enfurecidas. En otras partes se hicieron grandes cuencas donde las aguas no llegarían  jamás. Había que endurecer la tierra, sacar de ella la vida que se mueve.

Entonces Io con todo su poder, alzó su mano izquierda e hizo salir de ella  una inmensa ave blanca de grandes ojos que podía ver las extensiones a un lado y otro en medio de las tinieblas.

Como el ave no encontraba donde posarse porque la tierra todavía estaba blanda, voló sin cesar y el movimiento de sus alas produjo la brisa, los céfiros y los fuertes vientos que finalmente  secaron y enfriaron la tierra. Por eso el ave  mereció de Io el privilegio de hacer su vida en medio de la densa oscuridad y de observar todo lo que existe en el mundo.

Sin duda el tema aborigen en nuestra literatura para niños es una de las asignaturas pendientes en su abordaje.
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21 abril 2015

Los niños



Los niños


Jorge Luis Peña Reyes


Qué son los niños, sino el terrible encanto de la vida, la manera abreviada del hombre pleno en su estado cristalino e indefenso.
Qué somos nosotros, sino ese error de sujetarnos a normas que establecieron otros y que ni siquiera a veces entendemos.
En la mirada de un niño vive la más grande lección de veracidad.
En nosotros, permanece la pretensión cotidiana de vaciarnos de malas conductas que como guisazos se nos pegaron en el camino y que conviene arrancarnos de una vez si queremos mostrarles el sendero.
Cuando les vemos jugar al maestro con sus muñecos imaginarios y reales, no podemos más que avergonzarnos al escuchar proferir los más comunes regaños nacidos bajo una lógica tan elemental como risible.
Entonces tal vez sean ellos los maestros, quienes nos enseñan a ser fuertes y alegres a la vez, ellos que no se concentran en lo superfluo y que buscan con más entrega donde nosotros solo hallamos fatiga, por eso los niños serán una amenaza inminente para los acartonados, para los truculentos.
Una amenaza que nos incluye cuando vivimos dos vidas al mismo tiempo bajo el deseo de aparentar por encima de ser. Ellos son la unidad que regresa al hombre en su vejez, acaso nada más parecido a un niño que un anciano. Vive en ellos la misma protesta contra lo que no es útil.
Nadie repare en su lógica, en sus limitaciones para entender el mundo, ellos escrutan con más profundidad que los filósofos, de ahí sus hondas preguntas para los que rara vez tenemos respuestas.
Gigante oficio este de tratar con gentecilla tan audaz, tan soberanamente libre, tan sensible y perdonadora, tan herida, tan puente entre lo que son y añoramos ser al contemplarlos.


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18 abril 2015






Por: Jorge Luís Peña Reyes

La gran mayoría de los colegios privados dirigidos por religiosos eran católicos y fueron los de mayor influencia en la sociedad desde el período de la primera intervención estadounidense en 1899.

La introducción en Cuba de colegios evangélicos – protestantes - y de otras denominaciones y tendencias, fue muy cercana a esta fecha.

En esa etapa se propició la presencia de misiones sostenidas por distintas iglesias como la Bautista, Metodista, Episcopal, Presbiteriana y la de Los Cuáqueros que constituyen las obras del protestantismo histórico en Cuba.

El colegio Wilmington es el punto inicial de la enseñanza privada en Puerto Padre en el año 1903 con el arribo de la misionera Emma Phillips de Martínez y su esposo mexicano Juan Francisco Martínez, quienes entraron a Cuba el 14 de noviembre de 1900 por el puerto de Gibara en el vapor Olinda, como parte del grupo conformado por cinco misioneros que fundaron La Iglesia de Los Amigos Cuáqueros en la Isla.

La enseñanza era parte de la visión de la Iglesia de acuerdo a la situación tan difícil que existía en el campo de la instrucción pública, que registraba en aquel entonces a Don Pedro Cheda, quien ejercía el magisterio desde 1898.

Por eso la idea de iniciar la obra de un colegio  el 3 de Enero de 1904 prendió muy rápido entre los vecinos de la localidad y con un servicio religioso el 11 de Enero, abrieron las puertas a la enseñanza con una matrícula de18 alumnos, en  6 meses tenían 56 alumnos registrados. Aun cuando el incipiente colegio no tenía  inmueble y comenzaba funcionar en la casa de Don Lorenzo Queral, sita una casa en la calle Dos Ríos, hoy calles Jesús Menéndez, esquina a Martí.

La primera alumna matriculada según consta en las actas fue la niña Matilde Queral.

No fue hasta el año 1908 que estuvo terminado el edificio del colegio Wilmington entre las hoy céntricas avenidas Máximo Gómez y Libertad.

Su vocación de maestra hizo a Emma Phillips fundar el colegio de Gibara, luego Puerto Padre, Velazco y Holguín, instituciones que permanecieron ofreciendo servicios a los cubanos por parte de la iglesia hasta que ocurrió la nacionalización de estas instituciones educativas religiosas en 1963.
Ramón González Longoria en su monografía sobre el tema, declara que: “En Enero de 1901 Emma organizó la escuela en Gibara junto con María Treviño, siendo ellas las primeras maestras. Comenzó su evangelización visitando los hogares con muy buen resultado y trabajó en la obra comenzada en la vecindad de Pueblo Nuevo, un área en las afueras de la ciudad donde fueron reconcentrados muchas personas durante la guerra de los cubanos contra la colonia española”.

Eva Terrel de la Junta Anual de Wilmington se une a la obra el 5 de Enero de 1904 como maestra experimentada y amante del trabajo misionero, quien después de estudiar español con J. Francisco, se encargó junto al él de la escuela diaria dejando a Mrs. Martínez la oportunidad de dedicar mucho de su tiempo a la labor evangelizadora.

Tener edificios propios y no depender de rentas fue en aquel inicio una gran preocupación y no fue hasta  1905 que Zenas L. Martin, en nombre de la Junta Anual de Wilmington, compra los terrenos para la construcción de una escuela, casa pastoral y un templo. Los dos primeros se inaugurarían a principios de 1908, denominándose el colegio “Wilmington” en honor a la Junta que ayudó y financió su construcción.

Aunque la enseñanza privada llegó a constituir un negocio lucrativo, porque estaba vinculado a la industria de la enseñanza, la venta de libros de texto, efectos de escritorio, medios didácticos, uniformes y zapatos hasta implementos deportivos, el Colegio Wilmington en Puerto Padre  fue asumido como parte de la obra evangelizadora y nunca constituyó efectivo sostén de su pequeño claustro que se mantuvo  fiel a su vocación religiosa más que a su realización profesional.


Los salarios de los maestros dependían de las matrículas y del aporte de juntas misioneras que no siempre pudieron mantener con estabilidad sus ayudas.

Los documentos demuestran que el pastor  y director del colegio Wilmington Juan Sierra, luego de la muerte de Emma en 1946, solicitaba a la iglesia con frecuencia ofrendas para comprar parte del mobiliario y hasta solicitó préstamos para estos fines a los bancos de la época.

La familia de Mercedes Puig de Casado realizó los donativos principales para la construcción en 1947 del ala constituida por tres aulas que hoy ocupan oficinas de la Dirección Municipal de Educación.

La vida de Emma nunca se desligó a la obra educativa y a pesar de las penurias por las dificultades económicas, su decisión de permanecer en Cuba con el discreto sostén de la iglesia y el colegio era muy firme.

Enma le escribió al Board de misiones* el 7 de diciembre de 1921 (ocho años antes había quedado viuda y sin ningún lazo sanguíneo en Cuba):

“A pesar de mi edad, (61 años) mi decisión está hecha, si la iglesia madre me falla, Dios no me fallará. El trabajo de mi vida continuará entre las personas a quienes él me ha enviado, yo estoy confiada en que el Señor me dará fortaleza física en estos tiempos de incertidumbre, tal que venga lo que pueda venir, me será posible seguir adelante en su causa, sin ayuda financiera si esto fuera necesario.”
Hacia el año 1925 resultaba imposible que el Board* continuara enviando dinero a Cuba y ante esta situación su posición no se hizo esperar y así le escribió al secretario del Board:

"...puedes borrarme de la lista de pago... El Señor proveerá y continuaré con el trabajo en Puerto Padre”.

La infatigable maestra Emma Phillips de Martínez murió en mayo de 1946 y Puerto Padre declaró ese día de duelo por la separación definitiva de una de las más consagradas misioneras norteamericanas con que contó nuestro país.

Cuentan que aquejada de un malestar tuvo que abandonar el aula para descansar en su casa a pocos metros del colegio, allí falleció por causa de un ataque cardíaco.

El Dr. Francisco Rodríguez dictaminó como causa directa de su muerte “arteriosclerosis” e indirecta, “caquexia”.

El pastor  Ramón González-Longoria termina su monografía de la siguiente manera:

“Fue amada en la vida y amada en la muerte; el agradecido gobierno municipal decretó un día de luto; se suspendió el concierto en el parque aquella noche y un mitin político; se cerró el cine y se canceló una fiesta popular programada. Al otro día las escuelas públicas y privadas suspendieron sus clases para unirse a toda la población de hombres, mujeres y niños que acompañaron el cortejo fúnebre a las once de la mañana al cementerio Municipal de Puerto Padre”.

El Semanario Sábado publicó el 16 de mayo de 1950 la siguiente crónica, de la cual se extrae un fragmento:

 El nombre de esta abnegada educadora quedará grabado para la posterioridad en una tarja que el colegio Wilmington, del cual fuera directora y maestra por muchos años, se pondrá en el frente de la escuela Primaria Superior que están terminando de construir y que también llevará el nombre simbólico de Emma Phillips Martínez.

Sin dudas la enseñanza en Puerto Padre tiene dos pilares fundacionales: El Colegio Wilmington y la vida de la misionera Emma Philip de Martínez.


*Fue la Junta misionera, organismo precursor de FUM, que sostuvo económicamente  a los obreros en Cuba desde principios del siglo 20.

Fuentes:

Monografía: Colegios privados existentes en Cuba antes de 1959en

www.http://taniaquintero.blogspot.com

Semanario Sábado

Monografía sobre la Enseñanza privada en Puerto Padre de Ramón González- Longoria Escalona

Diario de Emma Philip de Martínez.

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17 abril 2015

Juan Pablo Torres: De las raíces a la estrella

Entrevista de Jorge Luis Peña Reyes a su hijo Daniel Torres Torres

El 17 de abril del 2005, hace diez años, en el hospital de Coral Gables, en Lo Florida se apagó uno de los más grandes músicos cubanos de todos los tiempos, Juan Pablo Torres Valladares.
Críticos de la talla del musicólogo cubano  Leonardo Acosta lo considera el mayor trombonista que dio la Isla. Fue director musical y de orquesta y tan concentrado vivía en la música que nada pudo contra su carrera, siempre en ascenso. Pese a su decisión de radicarse en Los Estados Unidos en 1992 junto a su esposa Elsa Lazo, su apuesta por el son y el apego a las raíces criollas le hizo un defensor a ultranza de la música cubana que para él tenía todo lo que necesitaba como para no salirse nunca de su patria interior, a la que siempre le fue fiel.

Este diálogo lo arreglé con su hijo Daniel Torres Torres, que vive en Italia y comparte como otros de sus hermanos la pasión por la música. Es también trombonista y fue parte de su grupo. Actualmente trabaja en un disco de homenaje a Juan Pablo. Es músico autodidacta: toca piano, bajo, percusión, es director, productor, arreglista  y compositor.

JLP(periodista)Con Estrellas del Areíto, un agregado estético de mayores dimensiones que el Buenavista Social Club y casi 20 años antes, Juan Pablo Torres supo desde su condición de director musical seleccionar la más grande descarga de música cubana de todos los tiempos. Varias experiencias musicales similares fuera de Cuba demuestran que fue éste su gran aporte a las raíces cubanas. Si analizamos que en el Buena Vista Social Club reúne  muchos de los ya escogidos. ¿Puede decirse que Juan Pablo es el verdadero creador del Buena Vista Social en el 1996 o existen razones más directas?



DTT Daniel Torres Torres: Sí, tengo un disco donde entrevistan a Rubén González y él  lo confirma diciendo que mi papá es el verdadero creador del proyecto Buena vista Social Club por el antecedente que significó Estrellas del Areíto. Recuerdo que mi papá desde el  año 78 y hasta el último día que vivió en Cuba fue siempre uno de los principales productores y  directores musicales de la EGREM. Por su concepto y confianza en nuestra música tuvo la  gran visión al dejar plasmadas con Estrellas del Areíto las raíces más auténticas de la música nuestra. Siempre estuvo consciente de lo que quería y lo defendió hasta sus últimos días creando en Miami Los Originales, un proyecto que tenía el mismo sentido: reunir a todos esos talentos de la música cubana.
Mi papá fue por muchos años y hasta el día en que decidió emigrar el presidente de la comisión de evaluación musical a nivel nacional, todo esto hacía además de atender su grupo, en el que desarrolló su propia música y estilo que llamó Super Son. Tengo el orgullo de haber estado presente pienso en un 80 % de esas grabaciones porque siendo un niño todavía, me llevaba a esos estudios donde vi pasar a casi todos esos cantantes y músicos del Buena Vista, claro eran tiempos en el que el comercio estaba crudamente cerrado, pero él continuó desarrollando sus ideas y logró realizar muchos discos, siempre con el sello estilístico de Estrellas de Areíto.


JLP: Según tu apreciación cuáles fueron las razones por las que Juan Pablo decidió quedarse en España en 1992 y luego pasar a Los Estados Unidos?

 DTT: Mi papá me contó que estando en España tuvo problemas con el empresario que los atendía por cuestiones de pago según pautaba el contrato. Él acudió a la embajada cubana y allí les dijeron que ellos no tenían que ver con eso, se sintió tan ofendido de no tener un amparo por parte de la representación de su país que decidió quedarse a desarrollar sus ideas fuera de Cuba sin abandonar el camino.

JLP ¿Cuántas visitas realizó Juan Pablo a Cuba, crees que esto de regresar  a grabar con músicos de un lado y otro, afectó su amistad con Paquito D' Rivera?

DTT: Mi papá aún cuando había muchas restricciones para viajar a Cuba siempre buscó la forma de ir y lo consiguió todas las veces, hasta por terceros países, viajó muchas veces, siempre por motivos de trabajo y sobre todo por ese fuerte ligamen con su tierra.
La relación con Paquito se afectó porque Paquito no entendía por qué  para hacer su trabajo tenía que viajar a Cuba, como no entendía  esa fijación de mi papá con el son y las tradiciones de su tierra, según él debía ser más jazzista, creo que sus conceptos los mezclaba con la política, de hecho Paquito nunca más visitó Cuba, sin embargo unos de los mejores discos de mi papá como instrumentista es Trombone Man que grabaron juntos donde mi papá demostró ser un genio en cualquier género, demostró su capacidad de improvisación e inspiración como un jazzista y para más; un jazzista con  influencias propias, yo lo viví en privado. En la casa una vez le pedí que improvisara un solo de jazz, recuerdo que me dijo coge la guitarra y él tomó  un friscornio, un instrumento parecido a la trompeta, pero un poco más ancho, bueno yo me quedé asombrado porque ese no era su instrumento y además exigía otra técnica, improvisó como un americano y le dije: papi por qué no improvisas así en público y me respondió que eso era fácil, que no lo haría nunca, él tenia su estilo y modo muy personal de expresarse  y así fue siempre, allí quedó plasmado y demostró en ese disco ser un músico completo.
Y además creo que la respuesta a Paquito quedó clara: un buen músico lo es lo mismo tocando música china que india. Y ellos o sea desde Chucho Valdés, Paquito, todos los músicos en el inicio de Iraquere y tantos otros, salieron de la misma escuela e hicieron su primer trabajo juntos un viernes 12 de mayo de 1967 donde la Orquesta Cubana de música moderna dio su primer concierto en el teatro Amadeo Roldán de La Habana, dirigido por Armando Romeu, solo que después cada uno tomó su camino, la mayoría fue para Iraquere, mi papá, decidió hacer su grupo y su música.

JLP:¿Quiénes ayudaron a Juan Pablo y bajo qué circunstancias lo apoyaron en Los Estados Unidos?

DTT: Sobre este tema de la ayuda en Estados Unidos realmente no tengo muchos detalles, pero sé que desde su llegada muchas personalidades de la música conociendo de quién se trataba, por su historia y todo su trabajo no le fue difícil incorporarse, sé que uno de ellos fue Andy Garcia, Cachao, Juanito Márquez, Sandoval, Paquito y tantos otros. Mi papá llegando allá era un producto realizado y conocido, lo que sí nunca utilizó la política para salir, no recuerdo  una entrevista que hablaran mal de Cuba o del sistema, siempre se hablaba de música.

JLP:¿De su amplia discografía, cuáles son a tu parecer los momentos más descollantes?

DTT: Los momentos más descollantes en su discografía pienso que son después de vivir en Estados Unidos, quizás por el cambio de tecnología y calidad y también por la exigencia de los últimos tiempos, grabó un disco con Steve Turre, trombonista americano, muy bueno, el mismo Trombone Man con Paquito y el último que grabó llamado Identidad, un cuarteto buenísimo.

JLP:¿Ese empeño de ayudar a otros a sacar lo mejor de sí, fue un sello que caracterizó a Juan Pablo, tanto en Cuba como en el extranjero, crees que la vida le retribuyó de la misma forma?

DTT: Si fue un sello y una característica suya. Por su experiencia de productor identificaba siempre lo auténtico y trataba de sacarlo adelante. La vida no lo retribuyó de la misma forma en lo absoluto, vivió arduamente para la música y solo disfrutaba de la satisfacción de cada trabajo concluido, solo su empeño lo ayudó y de hecho en sus mejores momentos la vida lo traicionó, recuerdo que ya estando enfermo sin poder hablar en un hospital de Miami,  logró gritar: ¿Por qué, si yo no le he hecho daño a nadie? fue un golpe muy duro y también sufrió, por sentir en su casa a Generoso con 84 años sonando el trombón, mientras él se veía en una cama sin poder moverse con tan solo 58 años.

JLP: Juan Pablo creó su propio método para hacer con el trombón lo que pocos lograron ¿en qué consistía este virtuosismo?

DTT: Este virtuosismo consistía además de sus condiciones musicales naturales, en su interés y voluntad de estudiar y conocer el trombón profundamente, mi papá estudiaba siempre, aún cuando no podía andaba con la boquilla y estudiaba con ella, este empeño le dio la posibilidad de descubrir tantas novedades y de ahí elaboró un método exclusivo para trombón y hasta un instrumento creó para medir la presión del aire y controlar el volumen del sonido y con menos esfuerzo lograr un sonido mayor, este instrumento como el método estaban al ser patentado en Estados Unidos, no sé si al final se logró.


JLP: Algunos periodistas afirman que Juan Pablo tenía cómo ídolo a Generoso Jiménez, “El Togo”, ¿crees que de él le viene la tendencia de defender sobre todo el son?

DTT: Bueno, realmente los primeros conocimientos de trombonista lo tuvo de Generoso o sea el primer trombonista en Cuba que en aquellos tiempos escuchó,no creo fuera su ídolo solo que él siempre tuvo una gran conciencia de la época y por las condiciones con que nació para la música, en específico, para ese instrumento, sabía que podía desarrollarse más de lo que hacía Generoso, sin dejar de reconocer lo que Generoso había logrado,Benny Moré escuchó a mi papá y lo quería llevar con él, pero Benny poco después murió,mi papá siempre fue como nació: una persona humilde, muy apegado a sus raíces, a Puerto Padre y a la yuca con mojo como decía, su tendencia no fue  solo al son, también a la guajira, él se desarrolló sin escuchar músicos extranjeros, siempre buscando nuevas sonoridades, pero como base el son y nuestra música porque es muy  rica en variedades y sentidos y aquí vuelvo a lo de Estrellas del Areíto, aún después de tantos años viviendo en Estados Unidos le hizo el disco a Generoso, nominado a un Grammy Latino, puedes ver que nunca abandonó sus ideas ni sus  raíces.




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