Poema

Poema para presentarme




Yo soy el que vive de palabras, quien se atreve a saltar de oficio en oficio porque cree que eso es la vida: volar a todas partes, sin más bitácora que ese puente tendido entre Dios, los semejantes y los azares que él teje en el camino, por eso cada mañana me escuchan unos miles hablar del arte y su telaraña, en ella estoy también atrapado y feliz como la música en la garganta de los ángeles. A veces enseño ciencias, otras veces letras y cada semana proyecto en la tele esos prójimos que sufren en la soledad de la belleza.
Crezco en un largo y angosto país llamado Cuba, una isla apuntalada en el mar y centrada en si misma donde los náufragos siempre van al norte como si desconocieran otros puntos cardinales, como si la rosa de los vientos tuviera una fragancia de inminente atracción. Esos náufragos zozobran en mí. Tantos hundiendo en el mar sus esperanzas que uno termina mirando las aguas con más recelo que interés. Acaso para muchos el mar es la líquida mano de Dios que salvó a Noé y a todas las familias del mundo. Será el calor de mi país el que empuja, será la lluvia escasa o excedida, será la tierra plagada de lo que solo alimenta a las vacas, serán las vacas intocables por las que algunos pagan cárcel. Por eso el paisaje de campo está truncado para mí. Esa patria en la que los abuelos se acercan peligrosamente a la tierra ya no es la misma, ni las palmas bailan como antes. Aún así, amo este país verde que solo tiene un discurso, una historia y un viejo monarca. Amo también a una mujer que enciende mis días al lado de otra que remienda su corazón tan abatido. Esta última es mi madre, pasó casi medio siglo rodeada de niños blancos, ellas le fue sembrando letras y oraciones. Entonces crecieron recordándola aunque nunca de una vez, a diferencia de ella, que logra ver en su retiro cada mirada prendida al pizarrón, cada carita sorbiendo de ella. También yo la tuve dentro de un aula y era difícil no decirle madre ante los encarpetados hombres que visitaban la lección.

Jorge Luis Peña Reyes